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El poder de ocupar tu lugar: sana la relación con tu linaje femenino

Linaje Femenino

Hay algo que nadie nos enseñó en la escuela: el pasado vive en nosotras.

No hablo solo de recuerdos, sino de un río invisible que nos atraviesa: el linaje femenino. Las historias, silencios, duelos y triunfos de tu madre, abuelas y bisabuelas resuenan en tu cuerpo, en tu deseo y en cómo te relacionas con la vida.

Cuando no miramos ese río:

Repetimos patrones que no entendemos.
Cargamos responsabilidades que no nos pertenecen.
Nos dividimos entre lo que queremos y lo que “deberíamos”.
Perdemos contacto con nuestra fuerza creadora.

Sanar el linaje no es culpar. Es reconocer y ordenar:

 “Esto es tuyo, te lo devuelvo con respeto. Esto es mío, lo tomo con gratitud.”

Y entonces, algo se acomoda:

Vuelve la ligereza.
Recuperas tu lugar  ( de hija, no madre de mamá).
Te alineas con la vida… y con un coro de mujeres detrás de ti.
Tomas la fuerza de las ancestras.

Cuando tomas la vida de tu madre y honras a tus ancestras:

Accedes a su resiliencia.
Te reconcilias con tu historia.
Despiertas tu poder creador y lideras desde el centro.

Imagina a todas ellas detrás de ti, en silencio, sosteniéndote.

¿No notas cómo tu espalda se endereza?

Ocupa tu lugar, cambia tu historia

Sanar el linaje es un acto de amor y de madurez. Es decirle sí a la vida y elegir que tu historia no termine en el dolor, sino en la creación.

Cuando ocupas tu lugar:

Dejas de competir, colaboras.
Dejas de justificarte, brillas.
Cambias la carencia por abundancia.


Cuando una mujer sana, su presente cambia y el camino de las que vienen detrás se abre.


Jessie Blanco🌸